Estaba pensando en hacer un webinar automatizado (traducción, un vídeo) donde te explicaría paso a paso cómo generar ingresos en piloto automático gracias a un curso high ticket (muy caro) que te iba a endosar cuando estuvieras funelizado (cuando me hubiera ganado tu confianza, vaya).
No se me enfaden los marketers, que es una broma 😊.
Me ha parecido más interesante contarte gratis mi experiencia intentando monetizar proyectos digitales, y como casi todo ha ido mal.
Lo admito.
Aún no tengo 7 cifras en mi cuenta bancaria y no me he hecho rico gracias al dropshipping, ni he viajado a Silicon Valley.
Por el contrario, me la he pegado un montón de veces desde el PC de mi casa y se me han ocurrido ideas loquísimas que luego ni se han llegado a ejecutar.
Puede que hayas venido a por respuestas certeras, si es así puedes marcharte porque este artículo no es para ti. De hecho, no te voy a recomendar nada.
Pero si lo que quieres es conocer mi experiencia, me gustaría que te quedases.
Y, si tú también tienes algo que contarnos, déjalo en los comentarios para que podamos aprender unos de otros.
Mi proyecto digital principal, la venta de servicios
No te descubro nada si te digo que actualmente me dedico como principal actividad a la venta de servicios de diseño web para emprendedores que necesitan una página optimizada y profesional que impulse su negocio.
Aunque realmente estoy haciendo un pequeño pivote para poder segmentar y concretar mejor el servicio que serviré a mi (nuevo) cliente objetivo.
¿No te ha llamado la atención de qué van todos mis artículos últimamente? Pero eso será algo de lo que hablaré en otro momento.
Para llegar a concretar mi cliente ideal y mi oferta de servicios he tenido que realizar una serie de acciones y estudios que eran completamente ajenos para mí, y sobre los que debo agradecer la mucha ayuda que me ha prestado la Fundación Ronsel.
Estudio de mercado
Para poder testear si mi idea tenía o no aceptación entre los que pensaba que eran mis clientes potenciales, tuve que realizar un estudio de mercado.
Básicamente con ello quería demostrar si mi oferta era lo que necesitaban para mejorar sus negocios o, por el contrario, había caído en el tan común error de pensar que mi idea y mis necesidades son las mismas que las de mi público.
Es muy común llevar adelante proyectos sin contrastarlos, lo que puede dar al traste con ellos. Además, esta investigación es fundamental para luego ser capaz de realizar un plan de marketing.
Creo que algunas claves para llevar a cabo un buen estudio de mercado son lógicas, y otras las vas a tener que estudiar con cuidado con ayudas de guías o profesionales. Te dejo algunas sobre las que yo he reflexionado:
- ¿A dónde quieres llegar? Define tu meta, tu objetivo. A dónde quieres llegar, qué quieres investigar, para qué va a servir.
- Investiga y analiza. Adapta una metodología e investiga. Habla con tu cliente y también con tu competencia. No vale solo preguntarle a tus amigos o pareja.
- Contrasta la idea. Gracias a este estudio puedes contrastar tu idea e incluso cambiarla o mejorarla para adaptarla a las necesidades reales.
- ¿Cómo recojo información? A través de búsqueda, observación, entrevistas, encuestas, análisis de competencia, etc. En mi caso fueron fundamentalmente 3: análisis de competencia, encuestas a potenciales clientes y observación.
Definición del modelo de negocio
Para mí un modelo de negocio no es otra cosa que la definición y descripción razonada de qué ofrezco para solucionar un problema. A quién se lo estoy solucionando, es decir, a quién estoy aportando un valor. Cómo lo hago y cómo me gano la vida con ello.
Sé que no es una definición a la altura de las que dan en el grado de ADE, pero a mí me vale. Definir producto/servicio. Definir cliente. Definir la estructura. Estudiar la viabilidad económica.
Para todo esto me he ayudado de la metodología Canvas, que tan de moda se ha puesto en los últimos años.
El Modelo Canvas te permite plasmar tu idea de manera esquemática y visual los puntos más importantes de tu proyecto. Destacando dos partes sobre las demás:
- El segmento de clientes. Determina el segmento, el nicho del mercado donde estás creando valor. Lo nombro, y lo hago en primer lugar, porque creo que es la parte más destacada. Sin clientes no hay negocio.
- La propuesta de valor. Qué problema solucionas al segmento de clientes que has elegido. En qué vas a mejorar sus vidas.
Definición del cliente ideal (buyer persona)
Este concepto me gusta mucho y creo que es el más difícil de todos.
Una vez realizado el Canvas y teniendo todos los datos ya puestos de manera visual, hay que entrar al detalle. Hilar fino.
Y para ello definimos nuestro cliente ideal de manera mucho más profunda, lo que se conoce en marketing digital como buyer persona. Es decir, es el modelo de cliente que comprará tu producto o servicio.
Lo primero que debes descubrir es su punto de dolor. Es decir, la preocupación o necesidad que tiene tu cliente y que es solucionada gracias a nuestro producto o servicio. Atacar su punto de dolor es fundamental en la estrategia de ventas.
Te pongo un ejemplo.
Yo sé que uno de los puntos de dolor de algunos de mis clientes de tiendas online son las comisiones que les cobran plataformas externas por comercializar sus productos. Para otros, su punto de dolor es que su competencia está vendiendo online y ellos no, por lo que se están quedando sin su porción de mercado.
Yo, sabiendo eso, puedo optimizar mucho mejor mi servicio y mis mensajes.
Además de esto, es muy interesante hacer una descripción clara y concisa de la persona: ponle nombre, lista sus aficiones, cómo es su vida, a qué dedica su tiempo libre, en qué ha trabajado, qué le motiva, qué le pone triste, de qué te conoce, etc.
Definición de la estrategia digital
Hablar de la estrategia digital que cada uno puede aplicar o aplica en su proyecto daría para muchísimo, la verdad. Y hay muchas posibilidades a elegir que encajan mejor en unas situaciones que en otras.
Dependerá del servicio que ofrezcas y de tu cliente objetivo. Existen expertos y consultores que seguro que te ayudan a definir la tuya.
En mi caso estoy basando toda ella en tres puntos clave:
- Contenidos. He definido qué tipo de contenidos publico en los diferentes canales para obtener presencia y visibilidad. He calendarizado cuándo y cómo publico en cada uno de ellos (excepto Twitter, al que le doy un uso más intensivo). Cada contenido debe tener un objetivo y un público, no puede ser aleatorio, y estar adaptado al canal… Y te diré que del dicho al hecho hay un trecho. No he cumplido con casi ninguno de los calendarios.
- SEO. Bueno, a lo mejor decir que tengo una estrategia SEO son palabras mayores, porque es un entorno enorme y complicado. Yo realmente me baso en escribir (previo estudio de palabras clave) de manera periódica atacando tendencias de búsqueda concretas que tengan que ver con el diseño web y que puedan responder a dudas de mi cliente objetivo. Intento optimizar meta título y meta descripción, enlaces permanentes, título, imágenes, etc. Pero fallo en toda la parte de enlazados (internos y externos), entre otras cosas. Contratar a un profesional en este punto quizás me/te venga bien.
- Email marketing. He ido construyendo una lista de suscriptores con los que tengo contacto semanal e intento aportarles algo de valor. Creo que he de profundizar más este campo.
El principal problema de vender servicios
Los que vendemos servicios tenemos muchos problemas, pero el principal es que no es una actividad escalable.
Nuestra capacidad de generar unos ingresos mínimos se basa simplemente en las horas que le podamos dedicar. Si le dedicamos 40 horas semanales podremos hacer hasta un punto, si le dedicamos 50 horas, hasta otro punto. Si le dedicamos 30, hasta otro.
Es bastante esclavo, y siempre estará limitado.
Sin contar la incertidumbre de la búsqueda de clientes, sobre todo en los primeros meses o años, cuando aún no estás posicionado en Google.
Por ello, y para intentar no depender solo de las horas que estuviera dispuesto a echarle, he ido probando diferentes estrategias.
Te diré que algunas están implementadas directamente en esta página web y otras se hicieron en proyectos paralelos.
Venta de productos a través de una tienda online
La primera fue utilizar unas redes sociales con bastantes seguidores y gustos comunes para probar a vender camisetas de temática relacionada.
Esto como testeo para poder abrir un marketplace más grande.
Para ello diseñé una landing page (página optimizada para realizar conversiones) con varias propuestas donde la gente pudiese ir reservando una de ellas con talla preferida a cambio de un descuento en la compra.
Esto tenía dos objetivos. Por un lado, conocer cuál era el diseño que más gustaba, aún antes de hacer ninguna camiseta. Por otro lado, asegurarme de que iba a imprimir las adecuadas por cada diseño.
¿Por qué hacer muchas de uno si nadie la quería comprar?
Una vez cerré la promoción de reserva, tenía claro cuál era (por mucha diferencia) la camiseta más demandada y cuántas tallas había reservadas de cada una.
Monté una tienda online con WordPress y WooCommerce, la configuré lo mejor que pude e instalé las pasarelas de pago automáticas. Todo esto lo hemos visto en varios artículos de este blog.
Las personas que habían reservado su diseño a cambio del descuento resulta que fallaron a la hora de realizar la compra. ¡¡Y la más reservada fue la menos comprada!!
Conclusión. Aún tengo camisetas sin vender almacenadas por casa.
Afiliación o marketing de afiliados
El marketing de afiliados, o afiliación, es una estrategia para conseguir ingresos recurrentes de manera pasiva mediante la promoción de productos de otras compañías.
En el momento que una persona compra ese producto a través de ti, a través de tu referencia, te llevas una comisión previamente acordada.
Su funcionamiento no es complicado. El vendedor te dará un link único y personal que te identifique como responsable de esa venta.
Yo creo que es un win-win, una relación donde ambos ganan.
Gana el afiliado al ser capaz de generar ingresos de manera pasiva al promocionar productos de terceros, sin tener que lanzarlos o venderlos él directamente.
También gana el vendedor, pues va a llegar a un mayor número de personas y más gente (los afiliados) estarán recomendando sus servicios.
Yo mismo tengo enlaces de afiliado en esta página web. Por ejemplo, si compras un hosting en Raiola Networks o en Dinahosting a través de mis enlaces, me llevaré una comisión. Si compras la versión premium de GeneratePress, también. O si compras Crocoblock, pues también.
¿Eso significa que los promocione solo porque soy afiliado?
Para nada. Creo que en la afiliación es fundamental generar confianza y en mi caso solo soy afiliado de productos o servicios que yo mismo utilizo.
De hecho te diré que el puzle de la afiliación encaja si los artículos más visitados de tu web contienen ese tipo de enlaces. Por ejemplo, el artículo más visitado de este blog es la guía paso a paso de GeneratePress.
¿Me saco un dineral con afiliaciones? Pues no, aún no. Pero espero ir aumentando según mi blog vaya creciendo y recibiendo visitas. Piensa que por ahora solo tiene 15 meses 😊.
Curso online
Otra buena estrategia a priori, que ha sido tendencia hace algún tiempo, es el lanzamiento de cursos de formación sobre cuestiones específicas.
Yo reconozco que hace un par de años compré algún curso online relacionado con el diseño web, porque el valor percibido por los mismos era muy alto. Y la verdad que no me defraudaron.
Lo que le veo de bueno a esta estrategia es la escalabilidad y la venta masiva de un producto que ha sido creado una vez. Pero su éxito radica en una muy buena segmentación del cliente al que te diriges, de conocer a la perfección sus puntos de dolor y de la percepción del valor que ese cliente haga.
Además, bajo mi punto de vista es interesante tener camino andado antes.
Es decir, el camino es más fácil si, por ejemplo, tienes una lista de suscriptores que confían en ti, a los que les has estado aportando valor y sobre los que hacer email marketing.
O tienes un blog bien posicionado y una reputación online. O incluso puedes combinar el lanzamiento de tu curso con un programa de afiliados que haga que terceras personas promocionen ese curso por ti a cambio de una comisión por venta.
Yo lo he intentando con mi amigo Iago Fraga, experto en productividad personal, y fue una experiencia muy buena. Aun así, nos falló la fase de comercialización y nuestro prototipo de curso nunca fue rentable.
Infoproducto o producto digital
Un infoproducto, o producto digital, es un producto formativo que no tiene soporte físico y se distribuye a través de internet.
Sí, a ver, sé lo que estás pensando.
Antes te he hablado de un curso y, según la definición que acabo de dar, un curso es un infoproducto. Estás en lo cierto, pero los he separado porque he querido destacar el curso en concreto.
Volviendo a los infoproductos en general, estos podrían ser un ebook, una guía en PDF, una masterclass, un curso en audio, un curso en vídeo, etc.
La principal ventaja de los infoproductos es la posibilidad de automatizar las ventas y generar ingresos pasivos una vez montado todo el sistema. No necesitas ir puerta a puerta, o llamada a llamada.
Esa es quizás la principal, pero tienen más. Puedes impactar a un gran número de personas mediante anuncios, y la distribución de este producto no entiende de aduanas o aranceles.
Es ideal para aportar conocimientos y algunos son fáciles de crear, porque cualquier persona con experiencia y conocimientos de una profesión puede crear un infoproducto relacionado con ella.
Creo que lo más difícil de vender un infoproducto es promocionarlo y añadirle mucha percepción de valor.
Yo he creado hasta la fecha dos infoproductos, un ebook y una masterclass, que estratégicamente los estoy utilizando de lead magnet. Es decir, de gancho para conseguir más suscriptores a mi lista de correo.
Artículos patrocinados
Si tienes un blog con mucho tráfico puedes ganar algo de dinero con la publicación de artículos. Simplemente debes establecer cuánto cuesta la publicación en el mismo dependiendo de la visibilidad, la comunidad del blog, del número de visitas al mes, de la temática, la autoridad que tenga el dominio, etc.
Yo participo de la gestión de un blog (de temática offline) donde se cobra entre 50€ y 100€ por cada post patrocinado (realmente en este caso funcionan casi como publirreportajes).
Existen un montón de plataformas que te ayudarán a vender (o comprar) espacios de artículos patrocinados en tu web o blog.
Conclusión
Aquí te queda mi experiencia intentando monetizar proyectos digitales.
Te diré que las únicas que por ahora me han salido relativamente bien son la venta directa de servicios y la afiliación.
No descarto volver a intentar un lanzamiento de un curso, y más dada la situación actual que estamos viviendo.
También sé que quedan algunos otros modelos por explorar: la membresía, la publicidad con Adsense o similar (aún que por lo que he estado viendo, cada vez es menos rentable) u otro tipo de infoproductos.
Ya ves, ojalá en un par de años pueda editar este artículo contándote más.
Pero me gustaría conocer tu experiencia. ¿Me la cuentas? 😊
2 comentarios
Buenas Anxo, felicidades por el artículazo que te has currado. Me he sentido bastante reflejado sobre todo porque rompe con el esquema de «hazte rico en una tarde». Aunque en lo de que cualquiera puede crear infoproductos discrepamos… Supongo que te habrá pasado también, te suscribes en sitios por el infoproducto y resulta que el contenido hace sangrar los ojos. Al final, detrás de esos ingresos pasivos hay un curro interesante y mucho amor
Hola Juan. Gracias por pasarte y comentar. Como bien dices he intentado contar mi experiencia y, a la vez, dar ideas para quién aún no se ha lanzado. Estoy de acuerdo con lo que dices de los infoproductos, a veces se lee cada cosa… pero yo sobre todo me refería a que en principio pienso que cualquier profesional podría hacer uno que tuviese relación con su especialidad.